jueves, 31 de enero de 2013

LAS MANÍAS DE ALGUNOS ESCRITORES




 ¿QUÉ MANÍAS TIENEN LO SESCRITORES?

Como toda actividad que depende en parte del azar (que ese día estés inspirado, que ese día encuentres el personaje que necesitabas, que continúes con ánimos para escribir una página más de ese manuscrito que ya alcanza las 400, que el público te dé la espalda, que la editorial no apruebe el manuscrito, etc.), los creadores literarios están llenos de manías, melindres y rituales.

Por ejemplo, Thomas Mann era tan obsesivo con los personajes que creaba para sus novelas que incluso se imaginaba cómo podría ser su firma. Luego también le leía lo escrito a toda su familia y les pedía consejos.

Gabriel García Márquez necesita estar en una habitación con una temperatura determinada. Debe tener en su mesa una flor amarilla, de lo contrario no se sienta a escribir. Y siempre lo hace descalzo. Si no está inspirado, no escribe absolutamente nada.

John Steinbeck trabajaba con lápiz, pero tenían que ser lápices redondos para que las aristas no se le clavaran en los dedos.

Mario Vargas Llosa, que empieza la escritura a las 7 de la mañana, tiene un orden casi obsesivo, los libros de su biblioteca están ordenados por motivos curiosos: por tamaño, por países… y se rodea de figuras de hipopótamos de todas clases.


Norman Mailer siguió un sistema de trabajo muy rígido a la hora de ponerse a escribir Los desnudos y los muertos: sólo trabajaba 4 días a la semana: lunes, martes, jueves y viernes.

Saramago sólo escribe dos folios por día, y ni una línea más.

Haruki Murakami se levanta a las 4 de la mañana, trabaja 6 horas. Por la tarde corre 10 km o nada 1.500 m, lee, escucha música y se va a la cama a las 9. Sigue esa rutina sin ninguna variación. Dice que termina siendo una especie de hipnosis, que le permite alcanzar un profundo estado mental.

Henry Miller tenía manía a la comodidad. Para él la incomodidad era el acicate de la imaginación. Trabajar incómodo era la mejor forma de escribir algo potable.

Mario Benedetti, a sus más de ochenta años, procura a veces llegar a sus citas con antelación y así aprovechar ese tiempo para trabajar.

Antonio Tabucchi sólo escribe en cuadernos escolares.

Carmen Martín Gaite, cuya última enfermedad no le dejó concluir su novela Los parentescos, murió abrazada a sus cuadernos.

Neruda lo hacía con tinta verde.

John Updike, si estaba atravesando un bloqueo literario, pensaba en el futuro: ¿cómo quedaría su libro en los anaqueles de una biblioteca pública? Se lo imaginaba con todo lujo de detalles y entonces encontraba nuevas energías para ponerse a escribir.

Borges se metía en la bañera por la mañana y meditaba sobre si lo que había soñado valdría para un poema o relato.

Jorge Edwards aprovecha cualquier papel que lleve encima, desde una servilleta del bar hasta un recibo de la lavandería, para tomar nota de sus ideas en los momentos más insospechados.

Isabel Allende hace conjuros antes de ponerse a escribir. Tiene fetiches y comienza siempre sus novelas el 8 de Enero. Al empezar a escribir, enciende una vela. Cuando la vela se apaga, deja de escribir, esté por donde esté. Lo deja todo.

Hemingway también tenía otro fetiche: escribía con una pata de conejo raída en el bolsillo.

Michael Chrichton era tan obsesivo con su trabajo que, cuando no estaba escribiendo, su cabeza estaba pensando en el libro. No en vano se casó 5 veces, y una de sus mujeres, Anne-Marie Martin, declaró: Era como vivir con un cuerpo inerte. Michael estaba siempre en otra parte.

Isaac Asimov trabajaba 8 horas al día, 7 días a la semana. No descansaba ningún festivo o fin de semana, y su horario era intocable. Cuando estaba dedicado a escribir, su media era de 35 páginas al día. No le gustaba revisar más de una vez sus escritos, porque lo consideraba una pérdida de tiempo.

Sergio Parra
Escritor

 http://www.papelenblanco.com/metacritica/que-manias-tienen-los-escritores
 


y yo, Bea,  para poder escribir poesías necesito ver el mar y salir al balcón así me inspiro plasmo sin pensar en mi libreta zas y luego con calma la llevo al ordenador y empiezo a volverla a desmenuzar  jaajajaj completa y digo esto no es correcto.

jueves, 17 de enero de 2013

BENEFICIOS DE LA LECTURA TIC. TAC.. NOS AYUDA SOCIALIZARNOS MAS



Muchos aseguran que una de las grandes pérdidas que estamos sufriendo debida a la apocalíptica “desaparición” del libro impreso (además del cliché del olor y el tacto del papel), es que ya no podemos leer en soledad. Se dice que la llegada del libro electrónico le ha robado al impreso esa tranquilidad, hoy en día todo es compartir, compartir y compartir.

Si bien es cierto que el libro electrónico ha traído consigo un crecimiento y visibilización de lo que denominamos lectura social —acompañada, a su vez, de un número cada vez mayor de redes sociales enfocadas en la lectura, como es el caso de GoodReads, LibraryThing y un aplio etcétera—; no debemos olvidar que la lectura, independientemente del adjetivo que le pongamos (impresa, electrónica, en la nube, social o cualquier otro invento que esté por venir) siempre ha sido social.

¿No me creen? ¿son de los que añoran sus años de “tranquilidad” y soledad literaria?
¿Qué me dicen de los clubs literarios? El Círculo de Lovecraft, por mencionar un ejemplo, fue formado alrededor de la segunda década del siglo XX y estaba integrado por escritores como Robert E. Howard, Clark Ashton Smith, Robert Bloch, Frank Belknap Long, August Derleth y otros más. Este círculo literario, que se le anticipó casi un siglo a las redes sociales enfocadas a la lectura, era posible a través del correo postal; gracias a la correspondencia entre Lovecraft y sus seguidores surgieron nuevas historias, por ejemplo, De vermis mysteriis es un libro ficticio que se mencionó por vez primera en El vampiro estelar de Robert Bloch, Lovecraft más tarde lo retomaría en varios de sus relatos, entre los que se encuentra La sombra que huyó del chapitel y que escribiría a manera de respuesta del cuento escrito por Bloch.

Pues bien, créanme o no, la lectura siempre ha sido social y nos ayuda a socializar y desarrollar el sentido de pertenencia a un grupo. Lo anterior (y que yo no voy a poner en duda) de acuerdo con un estudio llevado a cabo en la Universidad de Buffalo y publicado en la revista Psychological science.

Este estudio concluye que mientras leemos, nos acercamos psicológicamente a la comunidad y los personajes de la historia, por ejemplo, los lectores de Crepúsculo se sienten más afines y se pueden llegar a identificar con uno de los personajes o un colectivo dentro de la historia, en este caso a los lobos o los vampiros, pero la parte verdaderamente importante no para en la identificación, sino que este sentido de pertenencia mejora el estado de ánimo de los lectores tal como ocurre en los grupos sociales de carne y hueso.

Pues bien, que leer nos ayuda a sentirnos parte de un grupo (aunque sea ficticio) y eso nos levanta el ánimo, y sí tenemos buen ánimo, fortalecemos defensas, y defensas fuertes previenen y combaten enfermedades y… Ok, lo último ya es de mi cosecha, así que dejémoslo en el clásico: “leer es bueno.

Fuente:

uvejota: Blog de Bibliotecas y algo más


sábado, 12 de enero de 2013

DIGA 33: Pensamientos en búsqueda y captura (IV)


Otra vez, diga 33: Pensamientos en búsqueda y captura (IV) 

Otra vez, diga 33: Pensamientos en búsqueda y captura (IV)

jul 30, 2010
 
1. No busques el sentido oculto a cada palabra, a cada frase, a cada gesto… A veces (sólo algunas veces) simplemente significan lo que significan (¡y no le des más vueltas!).

2. Quien hace ostentación pública proclamando “lealtad eterna”, suele ser el más proclive a la más mísera de las traiciones.

3. Dicen los agoreros (y en esto no les falta razón) que “para morirse, lo único que hace falta es estar vivo”. Es verdad, pero me gusta darle la vuelta a la frase, porque también es cierto que SENTIRSE VIVO ES LO ÚNICO QUE DE VERDAD HACE FALTA PARA VIVIR.

4. Reza el refrán que “cuando una puerta se cierra, otra se abre”. Pero -¡créeme!- hay que estar preparado y atento para buscar la llave.

5. La miopía no es exclusivamente una enfermedad física de la vista: es la incapacidad vital de ver más allá de tus narices, de contemplar un horizonte más global y pensar en un futuro común. Desafortunadamente, este último tipo de miopía suele venir asociado a otras enfermedades endémicas: el egoísmo, la egolatría, la envidia y -con frecuencia- la estupidez humana.

6. Pasamos tanto tiempo repartiendo culpas que se nos ha olvidado lo que significa compartir responsabilidades.

7. La demagogia es una inversión que puede ser rentable a corto plazo, pero que a la larga lleva inevitablemente a la bancarrota.

8. Es cierto: nunca hay que conformarse pensando que “en el país de los ciegos, el tuerto es rey”… ¡Pero no me pidan que, mientras tanto, deje al ciego al volante!

9. A lo mejor éste es un buen momento para empezar a cambiar algunos de esos “porqués”, que no se te caen de la boca, y preguntarte alguna vez… ¿y por qué no?

10. No es tiempo para cobardes ni para mediocres: Quien no toma partido corre el riesgo de quedar atrapado en tierra de nadie.

11. Si en ocasiones sientes que algo no va bien… y tus amigos te advierten que algo no va bien… y tu familia se queja de que algo no va bien… ¡coño, despierta: ESTO VA MAL, PERO QUE MUY MAL!

12. Hay quien espera que el mañana le ofrezca la “tormenta perfecta” para alcanzar en las turbulencias la orilla que no es capaz de ganar con la mar en calma.

13. El secreto de los malabaristas que son capaces de mantener en el aire al mismo tiempo muchos elementos es… ¡tener visión de conjunto, y no estar pendiente de un sólo bolo!

14. Quien no toma las decisiones que tiene que tomar porque tiene dudas o porque no sabe, no cumple con su responsabilidad. Pero quien no las toma porque tiene miedo o porque sabiendo la verdad se esconde deliberadamente en la demagogia… ese traiciona aquello que dice defender: ideas y personas.

15. No sé si el tiempo nos hace más sabios… pero sí puede hacernos más comprensivos y tolerantes. ¿Lo intentamos?

16. No por mucho gritar te armas de razón, muy al contrario: casi siempre, la mucha o poca que tengas, la pierdes adornándola de insultos y agresiones (y a veces, con la desfachatez de hacerlo llenándote la boca con la palabra libertad).

17. “Hace más ruido un árbol que cae, que un bosque que crece”… ¿pero qué es más importante?

18. Puedes hacerlo… quieres hacerlo… debes hacerlo… ¿a qué esperas? ¡hazlo!

19. A veces nos empeñamos en ver detrás de cada cosa una intención oculta y perversa… y a veces (en realidad, la mayoría de las veces), simplemente hay una discrepancia, un modo diferente de ver la realidad (por falta de información o por distinto criterio), y una total falta de tolerancia porque no somos conscientes de que ninguno poseemos la verdad absoluta.

20. Aquel que no daría su vida por nada ni por nadie… tiene una vida que no vale la pena ser vivida.

21. No te empeñes en buscar algo desesperadamente… o encontrarás la desesperación en sí misma.

22. En Política hay dos cosas que no perdona nunca el electorado: la división interna y la mentira. Casi todo lo demás, hasta los errores y los horrores, siempre se puede superar si se afronta con valentía y sinceridad…

23. Si haces el esfuerzo de pedir perdón, al menos acierta con el motivo… porque si no es así, corres el riego de ahondar en la herida, en lugar de cerrarla.

24. Nada es gratis en esta vida: toda acción tiene un precio… ¡pero a veces resulta aún más caro no hacer nada!

25. No le eches toda la culpa de tus adversidades a la mala suerte o a la maldad de los demás… reconoce que parte de esa culpa (al menos por error u omisión) también puede que ser tuya. A partir de ahí, podrás reconstruir.

26. No dejes que cada hora que pasa del domingo se convierta, simplemente, en una hora menos para llegar al lunes…

27. No siempre se puede acertar en las decisiones… pero seguro que te equivocas si no haces nada por miedo a fallar.

28. La ambición personal en sí misma no sólo no es mala, sino que a veces es necesaria, al menos en la dosis adecuada. Pero las personas con un mínimo de inteligencia y responsabilidad tienen que saber cuándo se han convertido en un obstáculo en lugar de ser una solución, y por lo tanto tener la generosidad de echarse a un lado para que los demás sigan adelante…

29. Retrasar una decisión por prudencia, es virtud… por miedo, es cobardía.

30. El trabajo que más se ve no es siempre el más duro… y la labor oculta suele ser menos agradecida, pero no menos necesaria.

31. Dicen que no se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos… vale, debe ser verdad, seguro… (¡pero que no sean siempre los míos!)

32. El odio es la máscara del miedo… y el miedo es el fruto de la ignorancia. Si combates la ignorancia, acabas con el miedo y el odio.

33. La ignorancia es perdonable, la mala fe no. Y si van unidas, puede llegar a ser un crimen.



José Alberto Díaz-Estébanez León
Periodista
 
 http://www.josealbertodiazestebanez.com/

viernes, 11 de enero de 2013

RECOMENDACIÓN PARA LEER “EL FONDO DE LOS CHARCOS”






RECOMENDACIÓN PARA LEER “EL FONDO DE LOS CHARCOS”


El Fondo de los Charcos es una novela negra que atrapa de principio a fin, se desarrolla en Santa Cruz de Tenerife, entre los  tiempos de guerra y 70 años después, que en  el medio de la desaparición misteriosa de la imagen del Señor de Las Tribulaciones, entra en  un recorrido de secretos, mentiras y asesinatos misteriosos que va  gozando de un subrrealismo a través de su narrativa  magistral del autor,Javier Hernández Velázquez, quien logra que  vivamos  haciéndonos sentir un personaje mas. 

Por otra parte rescata algunos de los versos del gran Poeta Domingo López Torres y la revista Gaceta de Arte que fue secuestrada en tiempos de guerra.  

Se las recomiendo ampliamente.



miércoles, 2 de enero de 2013

DIGA 33: PENSAMIENTO EN BÚSQUEDA Y CAPTURA (XXVII)


Diga 33: Pensamientos en búsqueda y captura (XXVII) 

Diga 33: Pensamientos en búsqueda y captura (XXVII)

 
1.- Al hacer balance de los errores cometidos, casi siempre reconoces haber juzgado mal a algunas personas (y seguramente es verdad), pero casi nunca aceptas haberte equivocado -tú, sólo tú- al tomar las decisiones (y es igualmente cierto).

2.- Me gusta cuando callas… ¡porque no metes la pata! (versión libérrima de los versos de Pablo Neruda).

3.- No es lo mismo la ironía que el cinismo. Hay gente que utiliza incluso con maestría el recurso irónico para ser más persuasivo, eficaz y hasta divertido en su argumento. Muy distinto es el cínico que actúa con absoluto descaro para mentir o defender lo indefendible, simplemente porque es lo que le conviene.

4.- No esperes que te den “lo que mereces”: puede que no merezcas tanto como crees, y desde luego puede que los demás tengan una noción muy distinta de tus merecimientos.

5.- Estamos tan obsesionados -a mí, al menos, me ocurre- en aprovechar cada minuto que no nos damos cuenta que hay ocasiones en que hay que perder un poco de tiempo para ganar un poco de vida.

6.- Es más fácil cambiar leyes que cambiar mentalidades… y los Gobiernos no suelen caracterizarse por tomar el camino más difícil, más bien todo lo contrario.

7.- El miedo a perder es, a veces, un motor tan poderoso como el afán de conseguir. No te avergüences de ello… siempre que de verdad valga la pena conservarlo y no sacrifiques ni tus principios ni tu dignidad por hacerlo.

8.- No le des tanta importancia al hecho de discrepar con quien te rodea. Trabajar con alguien (junto a, o para él) no significa estar de acuerdo -siempre y en todo- con lo que hace, dice o piensa. Y en muchos casos es incluso sano que así sea.

9.- No te sorprendas si alguien sólo ve en tus modestos éxitos un molesto competidor o incluso el reflejo de sus propios fracasos. La mezquindad de los mediocres le lleva a intentar sobresalir pisando, en lugar de apoyarse.

10.- ¿De qué te vale decir “¡Por fin Viernes!”, si automáticamente te pones a pensar “¡Ay, qué poco queda para llegar al Lunes!”?

11.- ¿De verdad crees que hemos llegado a un punto en el que tengo que pedir perdón simplemente por sonreír? No cuentes conmigo.

12.- No confundas la defensa, legítima, de tus ideas y de tus compañeros, con la obcecación cerril de atrincherarte en lo indefendible: no sólo te llevará a cometer graves errores, sino que ni siquiera te agradecerán tu estúpido esfuerzo.

13.- Hay gente tan obsesionada en contestar a los demás, que se olvidan de tener voz propia.
14.- Hacer algo bien no redime todas las cosas malas que hayas hecho en el pasado, es verdad. Pero tampoco los errores anteriores le pueden restar valor a tus aciertos actuales… (vamos, digo yo).

15.- Lamentarse es estéril… si sólo queda en lamento.

16.- Nunca he creído mucho en aquello de que “dos no se pelean si uno no quiere”. A veces, aunque no se quiera, hay que defender (con corrección, pero con firmeza) tu posición, porque si no te aplican aquel otro proverbio que tampoco me gusta mucho de “quien calla, otorga”. Tendemos a juzgar igual (igual de mal, claro) a dos contendientes en una pelea, y antes deberíamos intentar al menos conocer los motivos, los antecedentes y si de verdad tienen la misma de culpa… no vayamos a ser tan injustos que tratemos igual al agresor que al agredido.

17.- Cada persona cree que lo que tiene entre manos justo en este momento es lo más importante, casi el centro del universo. Pocos los que son capaces de aportar una visión más global, distinguiendo lo importante, lo urgente y lo accesorio.

18.- Dicen que no hay nadie tan temible como quien no tiene nada que perder. Quizá por eso, en esta Democracia en apuros en la que vivimos, los Gobiernos tienen cada vez más miedo a su propia Sociedad.

19.- No siempre que alguien te decepciona es por culpa suya… es posible que en ocasiones sea porque no lo conocías lo suficiente o tus expectativas eran demasiado elevadas.

20.- ¿Adivinas la trayectoria de la próxima gota de lluvia resbalando por el cristal de tu ventana? Pues aún más difícil es prever cómo será hoy el discurrir de tu vida.

21.- La indignación social tiene su principal causa no en la dureza de los recortes, sino en la injusticia del reparto de la carga.

22.- Me equivoco. Me equivoco a menudo… más de lo que quisiera y seguramente mucho más de lo que me gusta admitir. Sin embargo, el mero hecho de reconocerlo, de rectificar o al menos de admitir esa posibilidad, es lo que me da pleno derecho a equivocarme. Y eso es lo que lo hace soportable.

23.- Nunca deja de sorprenderme la mezquindad de algunas personas (y no son pocas) que se sienten amenazadas solamente por verte feliz.

24.- Sigue tú, si quieres, escarbando en el pozo del derrotismo y la frustración… pero te aseguro que allí no encontrarás mi cabeza hundida para usarla de escalera y asomar la tuya.

25.- Si la petición o no de Rescate se convierte en arma arrojadiza entre Partidos, la decisión se tomará por criterios políticos, y no económicos.

26.- No voy a pedirte milagros. No pretendo imposibles, ni heroicidades, ni siquiera hazañas increíbles… pero creo que sí tengo derecho a esperar de ti que lo intentes de verdad, con lo poco o mucho que puedas poner de tu parte para lograrlo juntos.

27.- No hay nada tan petulante, prepotente y chulesco como pretender que te den las gracias por prestar una ayuda cuando es tu deber y su derecho.

28.- La táctica de tapar la propia ineptitud señalando con el dedo los defectos (reales o fingidos) de los demás no sólo demuestra una mezquina mediocridad, sino que más pronto que tarde acaba poniendo el foco abrasador sobre el dueño del dedo.

29.- Quizá hoy no quieras. Quizá aún no puedas. Quizá ni siquiera lo sepas. Pero no descartes por imposible lo que mañana puede ser -quizá, sólo quizá- el pasaporte a tu felicidad.

30.- ¡Cómo se empeña la tozuda realidad en desmentir cada día nuestra estúpida idea de creernos imprescindibles!

31.- Hay días que no te quieres levantar por no enfrentarte al mundo y hay días que no te quieres levantar porque no quieres que la noche acabe. Hay días… y días… y días… ¡¡Buenos días!!

32.- Si estuvieras jugando un partido de fútbol y tu contrincante -quien más desea que pierdas, y está dispuesto a todo para que así sea- se pone a darte consejos para organizar mejor tu defensa, ¿tú le harías caso? ¡¡Pues eso!!

33.- Tienes permiso para sentirte estúpido por depositar tu confianza en quien no debías, de acuerdo. Pero ese permiso sólo es válido durante el tiempo justo que tardes en tomar decisiones que ayuden a rectificar la traición… ¡ni un minuto más!

 
 
 
José Alberto Díaz-Estébanez León
Periodista
 
 http://www.josealbertodiazestebanez.com/