domingo, 15 de julio de 2012

Diga 33: PENSAMIENTO EN BÚSQUEDA Y CAPTURA (IX)

Diga 33 (IX): Pensamientos en búsqueda y captura

nov 11, 2010
Diga 33 (IX): Pensamientos en búsqueda y captura 
 
1. No cometeré el error de dejar que tu provocación desvíe mi camino, ni que tu estupidez borre mi sonrisa.

2. No me adivines el pensamiento… o tendré que pedirte perdón.

3. No siempre se puede ser elocuente, brillante o ingenioso… pero basta con que tu discurso resulte coherente, honrado y sincero.

4. Profesar una religión, militar en un partido o simplemente tener una ideología no te otorga ninguna superioridad moral sobre los que discrepan de ti… ni siquiera cuando tienes razón.
5. Existen explicaciones más sonrojantes que las propias torpezas o maldades que pretenden justificar. Así que, citando la ya famosa frase dirigida al gorila de las libertades, diré… ¿POR QUÉ NO TE CALLAS?

6. A veces no hay explicación más razonable que simplemente… pedir perdón.
7. En ocasiones hay que cerrar un momento los ojos para conseguir verlo todo un poco más claro.

8. Hay quien pretende ganar tiempo (escondiéndose, dilatando decisiones, mareando la perdiz)… y lo único que consigue es que lo pierdan los demás.

9. Una reflexión irónica que he escuchado esta mañana: el hombre cuando puede, la mujer cuando quiere… ¿quién es entonces el sexo débil?

10. Cada día que pasa no estoy más cerca de la verdad… pero sí de una búsqueda más sincera, sensata y honrada para intentar encontrarla sin prejuicios.
11. La responsabilidad, la sinceridad y el sentido del humor no son incompatibles… sino todo lo contrario.

12. Si el miedo a cometer errores paraliza tu capacidad para buscar soluciones… ha llegado el momento de cambiar de sitio.

13. A lo mejor el descanso nos sirve para tomar un poco de distancia y ver todo con un poco de perspectiva: hay que tomarse las cosas en serio, pero no podemos vivir con la sensación de que el mundo se va a acabar cada día.

14. Si no estás dispuesto a aprender… ¡no te atrevas a dar lecciones!

15. Busca entre los rincones olvidados del “no tengo tiempo”, “déjalo para más tarde”, “bueno, ya veremos…”. El verano llega: te quita excusas y te ofrece recuperar oportunidades perdidas.

16. Hay gente tan ciega o estúpida que, en su afán de defenderse, arrasa como tierra quemada todo lo que tiene a su alrededor: son los que se quedan solos, muy solos, en medio de la nada.

17. Supongo que, en medio de la selva, alguien tiene que ir delante desbrozando el camino…

18. A veces, el empeño en no tomar las medidas quirúrgicas (dolorosas pero necesarias) cuando se debe, sólo prolongan el dolor del paciente en todo su conjunto… (y, con frecuencia, se acaba amputando igualmente, con menos tiempo y peores condiciones para la recuperación).

19. Acertar en los pronósticos no es lo mismo que ser autor de los hechos… ¡a mí, que me registren!

20. Paradoja: los errores no los pagan siempre los que los cometen, sino quien tiene más cuentas pendientes.

21. No me esperes despierta… prefiero que me encuentres en tus sueños.

22. Un consejo (aunque sea por mera cuestión estética): si te acusan de “piratería”, no te precipites en repartir el “botín”.

23. Siéntete siempre necesario, pero nunca te creas imprescindible.

24. Cuanto más conozco el mundo, más me gusta mi tierra.

25. Hayamos o no tomado la decisión correcta… ni tu mundo ni el mío pueden detenerse.

26. Si tus adversarios confían en tu palabra, por muy alejados que estén siempre será posible llegar a un acuerdo.

27. En la Bolsa del amor no puedes invertir pensando sólo en recoger beneficios.

28. Deja que por una vez los problemas se hundan y desaparezcan lenta y silenciosamente, como los pies descalzos en la arena húmeda con cada ola que acaricia la orilla.

29. Siempre hay alguien que sabe más, siempre hay alguien que puede más, siempre hay alguien que quiere más… eso no te hace ser menos a ti, pero debe hacerte un poco más humilde.

30. Nunca se me dio bien mentir… pero a veces hay que saber administrar la verdad.

31. Decir que las ideas de los demás (si son legítimas) “empobrecen” sólo refleja o el exclusivismo estúpido de quien se cree en posesión absoluta de la verdad; o la hipocresía de quien pacta con esas mismas ideas cuando le interesa y cree que los demás son pobres ignorantes de sus maniobras.

32. Y el sol besará tu piel… y el mar lamerá tus heridas… y el verano obrará el milagro de resucitar la ilusión perdida.

33. Ser justo en un conflicto no significa necesariamente ser neutral ni equidistante. Cuando una de las partes tiene razón y lo sabes, ser neutral puede convertirse en cobardía.


José Alberto Díaz-Estébanez León
Periodista
 
 http://www.josealbertodiazestebanez.com/

martes, 10 de julio de 2012

10 TRUCOS PARA SUPERAR EL BLOQUEO DE ESCRITOR



Yo creo que el bloqueo de escritor existe. Un día te sientas ante la página o la pantalla en blanco para escribir y así siguen, en blanco. Tu cerebro se ha quedado mudo y se niega a comunicarse contigo.
 
Pero también creo que el 90% de las veces que los escritores decimos “estoy bloqueado”, en realidad deberíamos decir “tengo miedo a no ser suficientemente bueno”, “tengo miedo a tener una buena idea y desperdiciarla por mi falta de talento”, “tengo miedo a exponer mis pensamientos más íntimos al escrutinio del público”, “tengo miedo a no ser tan bueno como creo que soy”, “tengo miedo a que todos los que me dicen que me busque un trabajo serio tengan razón”, “tengo miedo a que en la primera entrevista que me hagan en televisión empiece a balbucear, y el mundo entero descubra que en realidad soy idiota”, “ahora mismo me apetece más ir a los billares con los colegas que romperme la cabeza buscando el adjetivo perfecto”, etc., etc.
De todos modos, para ese 10% de ocasiones en que nuestra creatividad se ha secado, y para buena parte de las situaciones que acabo de describir, existen varios trucos que podemos aplicar:

1. Usa la escritura automática.

Es uno de mis trucos favoritos, empezar a escribir palabras sin pensar en lo que escribes. Vacías la mente (aún más) y dejas que actúe. Al cabo de un rato tu cerebro, que tiene gran afición por la lógica, comienza a hilvanar pensamientos por sí solo.
En caso de que el bloqueo sea tan agudo que ni siquiera se te ocurre esa primera palabra por la que empezar, puedes acudir a las páginas de las que te hablaba en este artículo.

2. Repasa mentalmente la historia.

¿Qué querías escribir cuando empezaste? ¿Qué temas querías abordar? Muchas veces uno pierde de vista el objetivo inicial, arrastrado por la historia misma.
Frena y piensa otra vez en qué “te enamoró” de esta idea en primer lugar, y si lo que te falla es la idea inicial, piensa sobre qué te gustaría escribir de manera abstracta y escríbelo. Poco a poco irá tomando una forma más concreta.

3. No sientas escrúpulos en dejar zonas en blanco.

Si has llegado a un punto en el que no sabes cuál será la escena siguiente, no tengas reparo en dar un salto hacia adelante y continuar la historia en otro punto. Ya se te ocurrirá esa parte intermedia más adelante, o quizás descubras que en realidad se te atascaba porque era totalmente prescindible.
Y lo mismo ocurre si lo que te bloquea es la frase inicial. Empieza por el medio si hace falta, pero empieza.
Y no olvides que no todas las grandes novelas comienzan con una frase memorable.

4. Escribe otra cosa.

En mi caso me viene muy bien, si me atasco con la novela, escribir un artículo para el blog o un microrrelato, y viceversa.
Esto además no te hará sentir mal, porque no deja de ser escritura.

5. Pasea.

Cambia el escenario, toma aire fresco e intenta relajarte un rato.
Sirve lo mismo un baño de espuma o una pequeña siesta.

6. Cambia de actividad.

Siempre que me pongo a planchar, tengo que parar varias veces a hacer anotaciones. Mientras parte de mi cerebro está concentrada en hacer la raya perfecta al pantalón, el resto sigue trabajando en el texto sin que me dé cuenta.
En mi caso es la plancha, pero puede ser cualquier otra actividad. Si es monótona liberará tu mente, y si es creativa te hará sentir mejor contigo mismo y verte de manera más positiva.

7. Sueña despierto.

Puedes fantasear con una entrevista en la que cuentas de qué va tu libro, o puedes imaginarte a ti mismo viviendo de tus escritos, o sencillamente, puedes soñar despierto con el día en que escribas la palabra “Fin”.
De lo que se trata es de visualizarte a ti mismo teniendo éxito en tu empeño de escribir, y darte una “palmadita” onírica, que te recargue las baterías.

8. Lee un libro, ve una película o una obra de teatro.

Deja que tu imaginación vuele guiada por otros, la creatividad es contagiosa.

9. Pregunta a tu hijo (o a Google) cómo seguir.

Como ya os he contado, tengo un hijo de 4 años y otro de 16 meses, y pocas cosas hay tan libres de restricciones como la imaginación de un niño, así que si le pregunto a mi hijo mayor por dónde seguir una historia siempre se le ocurre algo. Sus respuestas no siempre puedo utilizarlas, pero al menos pasamos un rato divertido que me relaja.
Si no tienes niños, introduce en el buscador de Google las palabras claves de tu texto y espera a ver qué resultados te da.

10. Date permiso para escribir mal durante un rato.

Si lo que estás escribiendo es basura, sácalo fuera, que para quitarlo siempre hay tiempo.

¿Estás escribiendo una novela de época? Introduce un anacronismo y juega con él. Luego tendrás que borrarlo, pero de ahí puede surgir un nuevo derrotero por el que llevar a tus personajes.
¿Lo que escribes es un texto de no-ficción? Empieza escribiendo que estás bloqueado, que deberías estar escribiendo sobre la cría del berberecho común , pero sólo se te ocurre que están muy buenos acompañando a unas cañas o la rabia que da cuando llevan arena. Relájate, y deja que tu cerebro vaya juntando las piezas hasta que el texto tome la forma deseada.
Estos son los trucos que a mí me funcionan para superar el bloqueo. Y tú, ¿qué utilizas para desbloquearte?

Yolanda González Mesa

EL PODER DE L A LECTURA