martes, 11 de diciembre de 2012

ENCUESTA NACIONAL 2012 ¿AVANZAMOS O RETROCEDEMOS?




Encuesta de lectura publicada en 2006 por el Conaculta y la UNAM, encuesta que además a estas alturas se antojaba a todas luces obsoleta —en 6 años cambió ha habido muchos cambios en torno a la lectura, por ejemplo, en 2007 llegó el primer Kindle de Amazon y con ello se inició el boom del libro electrónico—; finalmente se presentaron el 27 de noviembre en la Feria del Libro de Guadalajara los resultados de la nueva Encuesta Nacional de Lectura 2012, elaborada en esta ocasión por FunLectura (Fundación Mexicana para la Lectura).
Esta nueva y esperada encuesta se realizó entre el 25 y 28 de agosto de 2012 a una muestra de 2000 personas mayores de 12 años que saben leer y escribir. Entre los datos más interesantes que arrojaron las 89 preguntas de la encuesta, se encuentran los siguientes:
  • La población declara que no le gusta leer. Un dato preocupante, especialmente si tomamos en cuenta la enorme cantidad de esfuerzos que se realizan en torno a la promoción lectora, ¿qué está pasando? ¿por qué siguen sin dar resultados? Aunque de eso ya hablé en mi post ¿Qué pasa con la lectura en México? no deja de extrañar que tantos programas, ferias, festivales, discursos, políticas y leyes no logren que los y las mexicanos superen este fatídico 2.9 libros leídos al año; de hecho, sólo se avanzó cuatro centésimas, es decir que hoy en día leemos 2.94 libros anuales.
  • Otras causas para no leer son la falta de tiempo (a mi gusto esto es más una excusa para enmascarar la falta de gusto por la lectura) y por realizar otras actividades recreativas (causa válida, aunque no nos guste).
  • En 2006, 56% de los encuestados respondió que leía libros; para 2012 este porcentaje ha descendido 10 puntos, pues sólo 46% respondió que sí leía libros.
  • 13% de los encuestados lee libros en línea.
  • Los jóvenes entre 12 y 17 años leen más, cosa que tampoco sorprende si tomamos en cuenta que es justo en ese periodo donde se encuentran estudiando y por ello se acercan más a los libros; la pregunta es, ¿lo hacen por gusto o por obligación?
Como les digo, resultados nada alentadores para un país que, a pesar de los muchos intentos, no ha sabido cómo entrarle al tema de la lectura; por otro lado, no olvidemos que en esta encuesta se sigue cayendo en el mismo error de considerar sólo lectura de libros. Aunque ya se habla de un 13% de personas leyendo en pantalla, es casi seguro que sólo se están contemplando los libros electrónicos.

Recordemos que la lectura va más allá de sólo libros (sean impresos o electrónicos), creo que, de ser tomadas en cuenta estas otras formas de lectura (llámese de blogs, libros electrónicos, periódicos, revistas electrónicas, comics, etc.), tendríamos resultados distintos que, si bien no nos alcanzarían para hablar de un país lector, sí nos darían suficientes herramientas para enfrentar la promoción lectora desde un enfoque distinto que representaría grandes oportunidades para superar el escandaloso 2.94 libros por año.

Fuente tomada DEL BLOG UVEJOTA

domingo, 2 de diciembre de 2012

LIBROS SALVAN VIDAS





 LIBROS SALVAN VIDAS




 No estoy hablando en un sentido figurado, metafórico y/o poético de los beneficios de los libros; aunque ya en otra ocasión les platiqué sobre los beneficios reales y cuantificables de la lectura —por ejemplo, que se ha demostrado que la lectura, puede ayudar a detener el desarrollo del Alzheimer—, lo común es hablar de lo “bonita y provechosa que resulta” sin detenernos a dar ejemplos concretos.

Y es que siendo honestos, los discursos sobre las bondades de los libros y la lectura nos dan para horas y horas de intelectualidad, es más, podemos ponernos en un plan muy romántico y poético si así lo queremos; pero hoy, afortunadamente, estoy hablando en un sentido literal: los libros salvan vidas.
 
Para muestra un botón, en el blog Book Patrol nos cuentan que por allá del año 1917 en Francia, Kurt Geiler, soldado alemán, dormía plácidamente con su biblia bajo la almohada —eso de “dormía plácidamente” es un decir, supongo que en plena Primera Guerra Mundial nadie dormía placidamente y menos un soldado—, cuando una bomba explotó. Aunque la bomba dañó parte de su Biblia, ésta sirvió como escudo protector de Geiler, quien además fue uno de los pocos sobrevivientes de la explosión.

Y pues nada, que esta Biblia se ha convertido en un memorial anti-guerra de la familia de Geiler. Aunque, porqué no, también se podría convertir en una bandera de la importancia del libro en la vida de muchas personas. Por cierto, que en materia de libros puede aplicar a la perfección aquello de el tamaño si importa, imposible pensar en una historia como esta si, en lugar de dormir con una biblia gorda, hubiera estado leyen-durmiendo con una revista TV y Novelas o lecturas similares.

Y miren ustedes las coincidencias curiosas de la vida y de los libros, justo hoy por la mañana leía también Cuando leer salva vidas una nota publicada en el Informador.com.mx y donde se habla de la presentación del libro Querido hijo, estamos en huelga de Jordi Sierra quien, según se menciona en el artículo, es consciente de que la “la lectura le salvó la vida”, y aunque no se explique bien cómo, yo no lo pongo en duda, ya que como lo dice Javier Rioyo:


 Fuente tomada: VJ UVEJOTA 

http://uvejota.com/
Soy un lector descreído, aunque mantengo fe en la lectura.