Teresa
de la Parra, una de las representantes más destacada de las letras venezolanas,
nace en París, Francia, un 05 de octubre de 1889.
Dos años después su familia se traslada a Venezuela, por poco tiempo, pues tras el fallecimiento de su padre los obliga a trasladarse a España.
Teresa regresa a Venezuela en 1910, pero no será sino hasta 1915 cuando su espíritu literario se manifiesta mediante una serie de cuentos publicados en las revistas francesas “París Time” y “Revue de L`Amérique”, de reconocida tendencia fantástica, siendo de interés por los críticos europeos por su gran expresividad estética y la construcción de un universo enriquecido por una imaginación intimista.
La fama de la escritora le facilita la publicación de sus relatos en el diario “El Universal” y la revista “Lectura Semanal” de Caracas, rompiendo los cánones tradicionales de la sociedad venezolana, donde la mujer no era tomada en cuenta para las actividades intelectuales, dominadas hasta aquel momento por los hombres.
Para este tiempo ya había comenzado su carrera literaria, al escribir varios cuentos firmados con el seudónimo de "Fru-Fru". En 1924 se hace merecedora del primer premio en un concurso de escritores por su novela “Ifigenia”, que es publicada ese mismo año por el Instituto Hispanoamericano de Cultura Francesa en París.
En su novela Ifigenia introduce el "tiempo existencial", alargando el tiempo cronológico mediante el fastidio experimentado por su protagonista: Ifigenia. Uno de los principales aportes de Teresa de la Parra a la literatura venezolana, radica en la introducción del humor y la ironía en su obra, lo cual contrastaba con el tono serio y amargo de la literatura de la época. Por otra parte, su obra tiene una importancia histórica ya que permite apreciar los defectos de una sociedad decadente y llena de prejuicios, tal como era la Venezuela gomecista, en la que se experimentaban las luchas entre las tradiciones y los viejos prejuicios con la vida moderna y sus costumbres nuevas. En definitiva Teresa de la Parra ha sido considerada como una de las más importantes escritoras hispanoamericanas. A causa de este contexto, se originó gran convoción por esta obra. Las mujeres latino Americanas se reflejaron en la heroína de la novela y algunos críticos más religiosos la catalogaban como un peligro de revolución femenina .
En
1927 viaja a Cuba para representar a Venezuela en la Conferencia Interamericana
de Periodistas con una disertación titulada "La influencia oculta de las
mujeres en el Continente y en la vida de Bolívar". Luego, invitada por el
gobierno de Colombia, dicta en ese país una serie de conferencias que tienen
como tema la "Importancia de la mujer durante la Colonia y la
Independencia". En 1928 regresa a Europa donde comienza a escribir su
segunda novela “Memorias de Mamá Blanca”. En cuanto a las Memorias de Mama
Blanca, en la misma se recrea el ambiente de su niñez, mostrando personajes y
costumbres en el ambiente de una hacienda de caña de azúcar. En términos
generales, ambas obras están inscritas en el ámbito de la "novela
psicológica", la cual se caracteriza por el estudio interior que se hace
de los caracteres.
En
1929, se enferma de tuberculosis, se traslada a Suiza para internarse en un
sanatorio, donde reside, casi hasta su muerte.
En
1947 sus restos fueron trasladados a Caracas e inhumados en el Cementerio
General del Sur. Posteriormente, el 7 de noviembre de 1989 fueron sepultados en
el Panteón Nacional.
Anécdota:
Miguel
Unanumo, (escritor y filosofo español), criticó severamente la novela Ifigenia,
su principal obra, donde Terese de la Parra le responde a través de una carta:
“A
don Miguel de Unamuno
Es
a usted, mi estimado amigo y maestro, a quien debo, más que a nadie, la
satisfacción íntima y serena, depurada de toda vanidad, de haber escrito un
libro.
Cuando
lo conocí y le dediqué mi novela en el almuerzo literario de hace algunas
semanas, pensé que no iba usted a leer ni una de sus 520 páginas. Es verdad que
con acento austero y patriarcal de abuelo vasco, había demostrado interesarse
muy vivamente por su raza española de más allá del mar. Habló de ella con
pasión, como si hablara de su propia ascendencia, «verdadera resurrección de la
carne» explicó usted. Pero también es cierto que luego, con el mismo acento
austero de abuelo vasco, y con aire además muy despectivo, habló de las
personas superficiales, de las mujeres cuya única ocupación es el vestir, y de
todos aquellos que confunden lamentablemente el modernismo o moda con la
verdadera elegancia”…. Sí deseas leer mas http://anateresaparrasanojo.blogspot.com.es/2013/10/carta-de-teresa-de-la-parra-don-miguel.html
Fuentes
consultadas:
Wilkipedia
Hola Beatriz... Siempre interesantes tus recomendaciones literarias, se nota que el brillo del mar te inspira...Abrazos.
ResponderEliminarGracias a ti amigo por siempre pasar y disfrutar de mis entradas , bueno a veces el brillo es mágico , gracas !!!! un abrazote desde mi brillo del mar
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